martes, 25 de enero de 2011

QUÉ SUSTANCIAS INCREMENTAN LA ANSIEDAD ?

QUÉ SUSTANCIAS INCREMENTAN LA ANSIEDAD ?   



Estimulantes

* Cafeína
De todos los componentes de la dieta habitual que pueden aumentar la ansiedad, producir síntomas físicos como palpitaciones, temblores y desencadenar ataques de pánico, la cafeína es la más destacada. Tiene un efecto estimulante directo sobre la noradrenalina, el neurotransmisor del cerebro relacionado con la respuesta de vigilancia, el alerta y el estar despierto. Suele producir una respuesta de hipervigilancia similar a cualquier circunstancia que gatille nuestra respuesta de estrés, mediante la activación del sistema nervioso simpático y la liberación de adrenalina. Mucha gente se da cuenta de que puede descansar mejor y estar más tranquila luego de reducir su ingesta de cafeína, ya que ésta la mantiene crónicamente tensa. La cafeína aumenta la vulnerabilidad al pánico y a padecer ansiedad generalizada y contribuye al estrés, causando una disminución de la vitamina B1 o tiamina, que es una de las vitaminas anti-estrés. Pasada una cierta cantidad diaria, la cafeína causa una verdadera adicción, con síntomas de abstinencia que luego enumeraremos.
La cafeína no sólo está presente en el café, sino también en muchos tés, en el mate, en las bebidas cola, en el chocolate, en la cocoa y en unas cuantas medicaciones, sobre todo analgésicos, antigripales y descongestivos.
Si Ud. es proclive a padecer de ansiedad generalizada, crisis de pánico o es muy sensible a la cafeína, es recomendable que no consuma más de 100 mg/día de cafeína, con lo que se sentirá mucho mejor.

-Contenido de cafeína (por taza):
Café expreso - 146 mg.
Café filtrado cargado - 110 mg.
Café instantáneo - 66 mg.
1 saquito de té - 46 mg.
Cocoa - 13 mg.
Café descafeínado - 4 mg.

-Contenido de cafeína en bebidas cola (por lata):
Coca Cola - 65 mg.
Pepsi Cola - 43 mg.

-Contenido de cafeína en ciertas medicaciones (por comprimido):
Cafiaspirina - 40 mg.
Geniol - 30 mg.
Migral - 100 mg.
Migradioxadol - 100 mg.
Alzaten - 19,5 mg.

Si Ud. tiene predisposición a padecer cualquier trastorno de ansiedad, intente reducir gradualmente su consumo de cafeína a menos de 100 mg. diarios. Si ud. toma mucho café, reemplácelo por el descafeinado o limítese a una taza por la mañana. Este pequeño sacrificio reducirá notoriamente sus crisis de pánico y su ansiedad a lo largo del día. Evalúe además el contenido de cafeína de los medicamentos que consume a diario.
El consumo crónico de cafeína tiene un poder adictivo, que lleva a un aumento de la tolerancia a la misma y a eventuales síntomas de abstinencia. En el caso de una suspensión abrupta, por ejemplo, si Ud. venía tomando 5 o 6 tazas de café o litros de bebidas cola, por día, desde hace bastante tiempo, la interrupción repentina puede generarle síntomas de abstinencia como fatiga, depresión, irritabilidad, dolores de cabeza, etc.
Es preferible ir reduciendo el consumo en forma gradual, reemplazándolo por té de hierbas o de frutas o por café descafeinado.
Para detectar si Ud. es muy sensible a la cafeína, evalúe si su sueño se altera cuando toma café, mate o muchas bebidas cola por la noche o si al rato de tomar un café doble, un té cargado o varios mates tiene temblores o palpitaciones, o se siente mucho más despierto o en alerta.

Recuerde: Menos de 100 mg. diarios es lo recomendable.

* Nicotina
La nicotina es también un fuerte estimulante, que produce vasoconstricción, aumenta el estado de alerta o vigilancia y acelera el corazón. Aparte de los daños cardiovasculares y pulmonares conocidos, como obstrucciones coronarias, enfisema, cáncer de pulmón, etc.; se sabe que los fumadores tienden a estar más ansiosos y a dormir menos que los no fumadores.
Recuerde: Hoy existe más de una razón para dejar de fumar, hágalo cuanto antes si desea vivir más y mejorar considerablemente su calidad de vida.

* Otros estimulantes
Hay muchos tratamientos que incluyen píldoras para adelgazar, en las que de manera abierta o encubierta bajo nombres de fantasía se agregan anfetaminas en la prescripción. Todas son adictivas, ansiógenas y muy estimulantes, tanto es así que se las combina en esas prescripciones "pseudohomeopáticas" con dosis fuertes de tranquilizantes para atenuar su efecto. Si bien reducen el apetito, su uso es altamente riesgoso por su potencialidad adictiva, aún más en personas con tendencia a la ansiedad y al pánico. También el consumo de drogas ilegales como la cocaína y la marihuana pueden desencadenar crisis de pánico, al ir favoreciendo una sensibilización de los circuitos cerebrales que tienen que ver con la alarma.
Muchos pacientes han iniciado su trastorno de pánico a consecuencia de la ingesta de cocaína, anfetaminas y también de yohimbina en altas dosis. Este último es un medicamento bastante utilizado hasta hace poco, como estimulante sexual.

* Sal
La sal de mesa es el cloruro de sodio, un mineral esencial, que en los países occidentales se ingiere habitualmente 10 veces más de lo necesario. El sodio también está presente en muchos alimentos elaborados como salsas enlatadas, escabeches, papas fritas, maníes envasados, etc.
Un consumo excesivo de sal, superior a los 5 gramos diarios, tiende a elevar la tensión arterial, sobrecarga al corazón y a los riñones, y predispone a la arterioesclerosis. Además, constituye un factor que predispone para el desarrollo de la hipertensión arterial. Por otra parte, un exceso de sodio disminuye el potasio del organismo, un mineral esencial para el funcionamiento nervioso y celular.

Cómo evitar ingerir demasiado sodio
Cocine añadiendo poca sal a los alimentos y elimine el salero de la mesa, para no salar en exceso. Reduzca el consumo de alimentos salados como papas fritas, galletas con sal, maníes y otros envasados para copetín, con alto contenido en sodio. Si su preferencia por la sal es muy elevada, utilice sustitutos de la sal común como sal de apio etc, prefiera las aguas minerales con bajo contenido en sodio, excepto en el verano, en el cual se transpira profusamente y es necesario reponer el sodio del organismo.
La cantidad de sal a ingerir por día debe limitarse a 1 g, es decir, una cucharadita al ras, excepto cuando se transpira mucho o en días calurosos.

Conservantes
Cientos de aditivos químicos son utilizados en el procesamiento comercial de alimentos para su preservación. Conservantes artificiales habituales son los nitritos, los nitratos, el bisulfito de potasio, el glutamato, los colorantes artificiales y los saborizantes. Nuestro organismo, si bien tolera estas sustancias artificiales, no está equipado para manejarlas y sus efectos biológicos, a largo plazo, no han sido muy estudiados. Algunos conservantes suelen producir reacciones alérgicas como los nitritos, nitratos y el monoglutomato de sodio. Trate de ingerir, dentro de lo posible, comidas no envasadas, prefiriendo sobre todo los vegetales y las frutas frescas cultivados orgánicamente. Las sociedades antiguas no disponían de alimentos envasados, y en ellas era menor la incidencia de ciertos cánceres.

Carnes y hormonas
La mayoría de los pollos criados para la venta masiva son alimentados artificialmente, con el agregado de hormonas para forzar su crecimiento y conseguir un rápido aumento de peso, por lo que son potencialmente nocivos. Suele utilizarse para ello una hormona femenina sintética, el dietiletilbestrol, que ha sido implicada en el desarrollo de cáncer de mama y de tumores fibrosos, así como en el crecimiento de las mamas en el hombre (ginecomastia). En Argentina, las carnes vacunas magras son altamente recomendables, cualquier corte previamente desgrasado es óptimo, dado que los animales son alimentados naturalmente con pastos y praderas naturales, al contrario de lo que ocurre en otros países, en los que se les da alimentos concentrados en sistemas de feed-lot. En este sentido en Sudamérica la carne vacuna es mucho más sana que la carne de pollo. También la carne de pescado, en especial el de mar, tiene muchas virtudes para una alimentación sana.
En lo posible se debe evitar comer carnes enlatadas, dado que las mismas son adicionados con glutamato monosódico, nitritos o nitratos u otros conservantes, los que pueden producir reacciones alérgicas y trastornos gastrointestinales.
Respecto a las frutas y vegetales, es conveniente comerlos sin piel o lavarlos bien, debido a los agroquímicos o pesticidas con que suelen ser tratados. Hoy se encuentran disponibles algunos vegetales cultivados ecológicamente, en base a fertilizantes orgánicos o biológicos, los que también deben ser muy bien lavados por la posible presencia de microorganismos contaminantes.

Azúcar
El azúcar blanco como tal, es un carbohidrato simple altamente refinado que no contiene almidón, fibras, vitaminas ni minerales, por lo tanto, es una gran fuente de calorías que no aporta otros nutrientes. Al ingerir mucho azúcar altamente refinada, la concentración de azúcar en sangre se eleva rápidamente, produciendo una sensación de energía y de disminución del cansancio. Esta rápida elevación de glucosa en sangre estimula al páncreas y le hace producir insulina, disminuyendo la concentración de glucosa en sangre (o glucemia). Muchas personas producen más insulina que la necesaria, con lo cual el azúcar desciende por debajo de lo normal. La hipoglucemia, es decir, la concentración baja de glucosa en sangre, produce síntomas como mareos, irritabilidad, depresión, temblores, náuseas, ansiedad, sensación de hambre y sudor frío. La glucosa es el combustible principal del organismo y provee la energía que mantiene la vida. Gran parte de esta glucosa proviene de alimentos con hidratos de carbono de la dieta como el pan, los cereales, las papas, los vegetales, las frutas, las pastas y tantos otros, cuyos componentes gradualmente se van transformando en glucosa. Por otra parte, los azúcares simples como el azúcar blanco refinado, el moreno o la miel, también se degradan muy rápidamente en glucosa. Estos azúcares simples pueden causar problemas porque tienden a sobrecargar el organismo, muy rápidamente, con una elevada cantidad de glucosa. En promedio, un adulto consume casi 60 kg de azúcar refinado por año, con lo que permanentemente está bombardeando al cuerpo con azúcares refinados y causando un desequilibrio crónico del metabolismo, lo que predispone a la diabetes. Si el azúcar sanguíneo baja rápidamente a 50 /60 mg. por ml. se produce la hipoglucemia. Los síntomas subjetivos de la hipoglucemia son parecidos a los de la ansiedad o a los de las crisis de pánico, como cefaleas, ansiedad, temblores, sentimientos de inestabilidad, irritabilidad y palpitaciones. Estos síntomas tienden a aparecer 3 ó 4 horas después de las comidas, en personas hiperreactivas o al sufrir una situación de estrés, y desaparecen inmediatamente después de ingerir un alimento azucarado. Los síntomas de ansiedad aguda o crónica, por lo tanto, pueden agravarse con la hipoglucemia.
El estrés agudo o crónico también puede causar una rápida depleción (pérdida) del azúcar sanguíneo. Cuando éste cae mucho, por hiperproducción de insulina, las glándulas suprarrenales liberan cortisol y adrenalina, que inducen al hígado a liberar el azúcar acumulado como glucógeno, para recuperar los niveles de glucemia normal. Hay un test clínico específico, el test de tolerancia a la glucosa, que permite diagnosticar estas reacciones de hipoglucemia y la predisposición a padecer diabetes.
Ciertas modificaciones en la dieta pueden mejorar la salud, al sustituir o eliminar el azúcar y los cereales refinados (harinas blancas) y reemplazarlos por carbohidratos complejos, como panes integrales con cereales, vegetales y frutas secas. Evite el exceso de azúcar consumiendo menos azúcares refinados, miel, almíbares, bebidas azucaradas, gaseosas y galletas dulces.

Alcohol
El alcohol es rico en calorías y pobre en nutrientes, aporta 7 calorías por gramo y produce una eliminación de vitaminas B. Estos son elementos importantes para afrontar el estrés y la ansiedad.
Procure no beber más de dos copas de vino diarias, que equivalen a dos de champaña o un vaso grande de cerveza. Evite las bebidas destiladas o con altas concentraciones de alcohol.

RECOMENDACION: Mientras efectúe un tratamiento con psicofármacos no es conveniente tomar ningún tipo de bebida alcohólica.

¿Qué alimentos son recomendables para disminuir la ansiedad?
El comer con frecuencia mantiene una concentración de glucosa en sangre más constante y evita la aparición de síntomas hipoglucémicos. Tómese un tiempo para comer, mastique lentamente, disfrutando de la relajación natural que implica comer alimentos nutritivos.
Consuma alimentos completos y naturales, como vegetales crudos o ligeramente cocidos al vapor, frutas frescas, cereales integrales, lentejas, porotos o garbanzos. Se recomienda consumirlos 2 ó 3 veces por semana. Deben evitarse los alimentos con carbohidratos simples tales como el arroz blanco, la harina blanca, los azúcares refinados, los cereales azucarados, las frutas en almíbar o edulcoradas y los vegetales muy cocidos. Los procesos de molido, refinamiento, elaboración y cocción de estos carbohidratos eliminan las vitaminas, minerales, fibras y almidón que contienen, dejando gran cantidad de azúcar refinado. Esto los vuelve más ricos en calorías y mucho más pobres en nutrientes que los productos naturales de los cuales provienen.
Si Ud. ingiere carbohidratos complejos en lugar de simples, aumenta la cantidad de fibras, con lo que mejora el funcionamiento intestinal. Incluya en su dieta vainas y cáscaras bien lavadas. Si bien la celulosa no es absorbida por el intestino, facilita la digestión de los demás alimentos de la ingesta. Por otra parte, las fibras tienen un efecto laxante y aceleran la eliminación de residuos por el intestino, al formar deposiciones más voluminosas. Una dieta rica en fibras también ayuda a controlar el peso, reduce el riesgo de padecer diverticulosis del intestino grueso y cáncer de colon. Las legumbres se pueden preparar poco cocidas o al vapor, dado que la cocción prolongada destruye las vitaminas. Agregar algunas cucharadas soperas de salvado mezclado, con agua o con otros alimentos, puede complementar su ingesta de fibras. No lo agregue abruptamente, sino vaya incorporándolo a razón de 1/2 cucharada por semana, para evitar la distensión abdominal por producción de gases (meteorismo). Cambios bruscos en la dieta, aun en un sentido deseable, pueden producir inconvenientes como flatulencia, meteorismo y diarrea. Beba el equivalente de 2 litros de agua por día. Incluya, si no existe ninguna contraindicación, una ensalada mixta por día. Reduzca las grasas animales como quesos, mantecas, huevos, leche entera a no más de un 15% de los alimentos que ingiera, salvo que tenga que cubrir necesidades nutricionales especiales. Los aceites vegetales no refinados son más deseables, como por ejemplo el aceite de oliva. Para evitar la ganancia de peso, consuma tantas calorías como queme, si su vida es sedentaria disminuya la ingesta calórica y practique diferentes formas de ejercicio.

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